La naturaleza siempre ha sido una fuente de inspiración para artistas de todo el mundo. Pero en algunos casos, puede ir más allá de la mera musa y convertirse en coautora. Este es el caso del artista escocés Brian D’Souza, también conocido como Auntie Flo, quien ha logrado crear música en colaboración con organismos vivos, en particular, con hongos. Su proyecto de biosonificación transforma las señales eléctricas naturales de estos seres en música electrónica envolvente, revelando el paisaje sonoro oculto del mundo fúngico.
La biosonificación es una técnica que traduce las señales biológicas de organismos vivos —como plantas, hongos o incluso bacterias— en sonidos audibles mediante la conversión de datos eléctricos en señales musicales. En el caso de Auntie Flo, el proceso comienza colocando electrodos sobre la superficie de un hongo. Estos sensores detectan las fluctuaciones de actividad eléctrica que ocurren naturalmente en su cuerpo.
En lugar de tratar estas señales como simples datos científicos, D’Souza las convierte en señales MIDI —el lenguaje digital utilizado para componer música electrónica—. Luego, las pasa por sintetizadores que traducen estas variaciones en sonidos únicos y orgánicos. Así, cada pieza musical está literalmente codificada por la fisiología del hongo que la inspiró.
Si te interesa conocer más sobre cómo funciona este tipo de tecnología, puedes visitar este artículo del dispositivo PlantWave, una de las herramientas más populares para la biosonificación de plantas.
Uno de los proyectos más llamativos de Auntie Flo es su obra Mycorrhizal Fungi, presentada en el Festival de Glastonbury 2023. Este trabajo se desarrolló dentro del Pabellón de Micelio, una estructura construida con materiales reciclados y micelio —la red subterránea de los hongos—, lo que reforzaba simbólicamente el mensaje de simbiosis entre el arte, la naturaleza y la tecnología.
Para esta instalación sonora, D’Souza colaboró con cuatro especies distintas de hongos, cada una con características bioeléctricas singulares que definieron el tono, ritmo y textura de las composiciones.
El hongo ostra es ampliamente conocido por su versatilidad de cultivo y sus propiedades nutricionales. Su actividad eléctrica genera patrones suaves y rítmicos, ideales para construir paisajes sonoros envolventes y de flujo continuo. En la música de Auntie Flo, sus señales producen una sensación de expansión que recuerda a los movimientos sutiles del crecimiento micelial.
Conocido como el “hongo de la inmortalidad” en la medicina tradicional china, el reishi emite señales más constantes y profundas. Estas se traducen en atmósferas meditativas, con sonidos largos, graves y envolventes que inducen al sosiego. Su aporte en el proyecto es casi espiritual, evocando introspección y calma.
La melena de león es un hongo de apariencia exótica y con propiedades cognitivas prometedoras. Sus impulsos eléctricos son más irregulares y chispeantes, lo que permite construir texturas sonoras complejas y vibrantes. En las composiciones de Auntie Flo, este hongo introduce una dosis de curiosidad, como si dialogara con la mente humana de forma lúdica y creativa.
Finalmente, el shiitake, ampliamente cultivado y valorado en la gastronomía, ofrece una señal eléctrica con alta variabilidad rítmica. Esto le permite aportar dinamismo y energía a las piezas musicales, generando ritmos más marcados que invitan al movimiento y la exploración sensorial.
Más allá de su impacto estético, el trabajo de Auntie Flo plantea una reflexión profunda: ¿qué significa crear junto a otras formas de vida? Su música no sólo nos hace escuchar a los hongos, sino que nos invita a repensar nuestra relación con el entorno. Este tipo de arte se alinea con una corriente contemporánea que busca restaurar los lazos entre los humanos y la naturaleza, utilizando la tecnología no como barrera, sino como puente.
D’Souza nos recuerda que estamos rodeados de vida que late, pulsa y se comunica, aunque no siempre lo percibamos. Al convertir a los hongos en coautores musicales, reabre preguntas sobre la inteligencia no humana, la interconexión ecológica y el potencial artístico de los organismos más humildes.
Puedes conocer más sobre este fascinante proyecto en el sitio oficial del artista:
🔗 Mycorrhizal Fungi — Brian D’Souza