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Boldo (Peumus boldus): El tesoro medicinal del bosque chileno

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Introducción

El boldo (Peumus boldus) es una de las plantas más emblemáticas de la flora chilena. Este árbol siempreverde, originario del bosque esclerófilo del centro de Chile, es conocido por sus múltiples usos medicinales, especialmente en infusiones digestivas. Su aroma característico y sus propiedades curativas han sido valoradas desde tiempos ancestrales por pueblos indígenas como los mapuche, y hoy en día es ampliamente utilizado tanto en Chile como en el extranjero.

Etimología del nombre

El nombre "boldo" proviene del mapudungun —la lengua del pueblo mapuche— y hace referencia directa al árbol por sus propiedades medicinales. En tanto, su nombre científico Peumus boldus fue asignado por el botánico francés Claude Gay en el siglo XIX. "Peumus" era el antiguo nombre en latín para un árbol de características similares, mientras que "boldus" hace alusión directa al nombre común utilizado en Chile.

¿Qué es el boldo?

El boldo es un árbol nativo de Chile, perteneciente a la familia Monimiaceae. Puede alcanzar alturas de entre 6 y 15 metros, con un follaje denso y hojas perennes de color verde grisáceo. Estas hojas desprenden un fuerte aroma cuando se frotan, debido a sus aceites esenciales ricos en cineol y ascaridol.

Este árbol crece principalmente en la zona central de Chile, en cerros y laderas con exposición al sol. Es parte fundamental del ecosistema del matorral esclerófilo y suele encontrarse asociado a otras especies como el quillay, el peumo y el litre.

Usos tradicionales del boldo

Desde tiempos precolombinos, el boldo ha sido utilizado por sus propiedades curativas. Las hojas se empleaban en infusión para aliviar trastornos hepáticos, digestivos y como depurativo. También se utilizaban cataplasmas con hojas machacadas para aliviar dolores musculares.

En la actualidad, las infusiones de boldo siguen siendo un remedio muy popular en la medicina natural chilena. Además, sus extractos se han comercializado en forma de cápsulas, aceites esenciales y tónicos digestivos.

Propiedades medicinales

El boldo destaca por sus efectos:

  • Hepatoprotectores: protege y estimula el funcionamiento del hígado. Esta propiedad se debe principalmente a la boldina, un alcaloide presente en las hojas del boldo que ha demostrado tener efectos beneficiosos sobre las células hepáticas. Además, actúa como antioxidante, protegiendo al hígado del daño causado por toxinas o por el estrés oxidativo. Diversos estudios farmacológicos han confirmado el potencial hepatoprotector del boldo, respaldando su uso tradicional en casos de disfunción hepática leve.
  • Colagogos: favorece la secreción de bilis, ayudando a una mejor digestión. La boldina estimula la producción de bilis y facilita su excreción, lo que ayuda a depurar el organismo y a mejorar la digestión de las grasas.
  • Digestivos y carminativos: alivia digestiones pesadas y ayuda a reducir gases.
  • Antiinflamatorios: gracias a sus aceites esenciales. Estos compuestos, como el cineol, tienen propiedades que ayudan a reducir la inflamación en el sistema digestivo y otros tejidos del cuerpo. El cineol actúa inhibiendo la producción de ciertas sustancias proinflamatorias, lo que alivia molestias como dolores estomacales, cólicos o inflamaciones leves. Además, el boldo ha mostrado efectos positivos en afecciones inflamatorias del hígado y de las vías biliares, lo cual refuerza su uso tradicional en tratamientos digestivos y hepáticos.
  • Antisépticos: por la presencia de ascaridol, que también actúa contra parásitos intestinales. El ascaridol es un compuesto con propiedades antimicrobianas y antiparasitarias, capaz de inhibir el desarrollo de bacterias, hongos y helmintos. Se ha utilizado tradicionalmente para tratar infecciones intestinales leves y eliminar lombrices. Además, al ser volátil, el ascaridol también contribuye a la desinfección del tracto digestivo cuando se consume en infusión.

¿Cómo preparar una infusión de boldo?

Para preparar una infusión, basta con colocar una cucharadita de hojas secas de boldo en una taza de agua caliente (no hirviendo) y dejar reposar durante 5 a 10 minutos. Se recomienda tomarla después de las comidas, especialmente cuando se sienten molestias digestivas.

Aunque el boldo es una planta segura en dosis moderadas, no se recomienda su uso prolongado ni en mujeres embarazadas o lactantes. Como siempre, es ideal consultar a un especialista en caso de duda.

Cultivo del boldo

Aunque crece de forma silvestre, el boldo también puede cultivarse con éxito en jardines y huertos familiares, especialmente en zonas de clima mediterráneo como la zona central de Chile. Esta planta de exterior prefiere suelos bien drenados, ligeramente ácidos o neutros, y con buena aireación. Se adapta bien a suelos pobres, siempre que no estén compactados o excesivamente húmedos.

Para asegurar un buen desarrollo, es recomendable ubicar el boldo en un lugar con exposición solar directa. Si bien tolera algo de sombra, su crecimiento y producción de hojas será mejor en sitios soleados. El riego debe ser moderado: durante el primer año tras la plantación se aconseja regar cada 7 a 10 días en verano, disminuyendo la frecuencia en invierno. Una vez establecido, el boldo puede sobrevivir con lluvias estacionales gracias a su buena tolerancia a la sequía.

Respecto al sustrato, una mezcla de tierra de jardín con compost maduro y arena gruesa es ideal para asegurar buen drenaje. No necesita abonados frecuentes, pero se puede aplicar compost o humus de lombriz al inicio de la primavera para estimular un crecimiento saludable.

La poda no es esencial, pero puede realizarse a finales del invierno para dar forma al árbol o controlar su tamaño. También se pueden retirar ramas secas o dañadas para mejorar la circulación del aire y prevenir enfermedades.

El boldo se propaga por semillas o esquejes leñosos. Las semillas deben remojarse por 24 horas antes de sembrar, y pueden tardar varias semanas en germinar. Los esquejes deben tomarse de ramas maduras en otoño o finales del invierno y colocarse en sustrato húmedo bajo sombra parcial hasta que desarrollen raíces.

Cultivar boldo no solo es una forma de acceder a sus hojas medicinales frescas, sino también una manera de proteger una especie endémica y fortalecer la biodiversidad local en tu propio jardín.

El boldo y la biodiversidad chilena

Como especie nativa del bosque esclerófilo, el boldo juega un rol ecológico importante. Ofrece refugio y alimento a aves e insectos, y ayuda a estabilizar los suelos en zonas de pendiente. Su conservación es clave para mantener el equilibrio de los ecosistemas naturales de la zona central de Chile, donde la expansión urbana y la agricultura intensiva han reducido su hábitat.

Conclusión

El boldo no es solo una planta medicinal: es un símbolo del patrimonio natural chileno. Incorporarlo en nuestro día a día, ya sea a través de una infusión reconfortante o cultivándolo en nuestro jardín, es también una forma de conectarnos con la tierra y con las tradiciones ancestrales que valoran lo natural por sobre lo artificial.

Si aún no conocías esta maravillosa planta o solo la habías probado en una taza, quizás sea momento de descubrir todo lo que el boldo puede ofrecer.

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