La rúcula cultivada, también conocida como Diplotaxis tenuifolia o "rúcula de hoja fina", es una planta comestible que ha ganado gran popularidad en la gastronomía contemporánea. Su sabor intenso, ligeramente picante y con notas amargas, la convierte en un ingrediente estrella en ensaladas gourmet, pestos y platos mediterráneos.
A diferencia de su pariente la rúcula silvestre (Eruca vesicaria), la variedad cultivada pertenece a otro género y presenta ciertas particularidades que vale la pena conocer. En este artículo nos centraremos exclusivamente en la rúcula cultivada, sus cuidados, beneficios y formas de consumo, sin solaparnos con la información sobre la silvestre.
Diplotaxis tenuifolia es una planta perenne de crecimiento rápido, aunque en muchos huertos se cultiva como anual. Su aspecto es más delicado que el de otras brassicaceae, pero se adapta muy bien a condiciones diversas.
Se trata de una planta muy apreciada por su producción continua de hojas durante varias semanas si se cosecha correctamente.
La rúcula cultivada es ideal para huertos urbanos, jardineras o incluso macetas en balcones. Estos son los cuidados que necesita:
Prefiere exposición soleada o semisombra. Cuanta más luz recibe, más intenso es su sabor.
Requiere suelos ligeros, bien drenados y ricos en materia orgánica. Un pH entre 6.0 y 7.0 es ideal.
Moderado y constante. Evitar el encharcamiento pero mantener la humedad, sobre todo en los días calurosos.
Crece mejor en climas templados. Las temperaturas superiores a 25ºC pueden provocar floración precoz y sabor más amargo.
Es posible hacer siembras escalonadas cada 2-3 semanas para asegurar una cosecha continua.
El calor excesivo o el estrés hídrico pueden inducir la floración temprana. Una vez florece, las hojas se vuelven más amargas. Si esto ocurre, se recomienda cortar la planta para estimular nuevo crecimiento o iniciar una nueva siembra.
Al igual que otras hojas verdes, la rúcula cultivada es un verdadero tesoro nutricional:
El consumo regular de rúcula cultivada ofrece numerosos beneficios:
La rúcula cultivada debe cosecharse cuando las hojas tienen entre 10 y 15 cm. Se pueden cortar con tijeras dejando el tallo para que siga creciendo.
Para conservarla:
Su sabor más marcado la hace perfecta para añadir un toque gourmet a muchos platos:
La rúcula cultivada es una planta de cultivo sencillo, muy productiva y con un perfil nutricional destacado. Si te gusta su sabor picante, no dudes en incorporarla a tu huerto o maceta y disfrutar de sus hojas frescas durante buena parte del año.
Su sabor y textura la convierten en un ingrediente versátil y saludable, ideal para quienes buscan una alimentación natural y sabrosa.