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Rúcula cultivada (Diplotaxis tenuifolia): cultivo y beneficios de esta planta aromática

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La rúcula cultivada, también conocida como Diplotaxis tenuifolia o "rúcula de hoja fina", es una planta comestible que ha ganado gran popularidad en la gastronomía contemporánea. Su sabor intenso, ligeramente picante y con notas amargas, la convierte en un ingrediente estrella en ensaladas gourmet, pestos y platos mediterráneos.

A diferencia de su pariente la rúcula silvestre (Eruca vesicaria), la variedad cultivada pertenece a otro género y presenta ciertas particularidades que vale la pena conocer. En este artículo nos centraremos exclusivamente en la rúcula cultivada, sus cuidados, beneficios y formas de consumo, sin solaparnos con la información sobre la silvestre.

Características de la rúcula cultivada

Diplotaxis tenuifolia es una planta perenne de crecimiento rápido, aunque en muchos huertos se cultiva como anual. Su aspecto es más delicado que el de otras brassicaceae, pero se adapta muy bien a condiciones diversas.

  • Hojas: finas, dentadas, de color verde oscuro.
  • Floración: flores amarillas, pequeñas, con cuatro pétalos característicos.
  • Altura: entre 20 y 60 cm.
  • Aroma: intenso, especiado y algo picante, más persistente que el de la rúcula silvestre.

Se trata de una planta muy apreciada por su producción continua de hojas durante varias semanas si se cosecha correctamente.

Condiciones ideales para su cultivo

La rúcula cultivada es ideal para huertos urbanos, jardineras o incluso macetas en balcones. Estos son los cuidados que necesita:

Luz

Prefiere exposición soleada o semisombra. Cuanta más luz recibe, más intenso es su sabor.

Suelo

Requiere suelos ligeros, bien drenados y ricos en materia orgánica. Un pH entre 6.0 y 7.0 es ideal.

Riego

Moderado y constante. Evitar el encharcamiento pero mantener la humedad, sobre todo en los días calurosos.

Temperatura

Crece mejor en climas templados. Las temperaturas superiores a 25ºC pueden provocar floración precoz y sabor más amargo.

Época de siembra y cosecha

  • Siembra: desde finales del invierno hasta principios del otoño.
  • Germinación: en 4 a 8 días.
  • Cosecha: entre 30 y 45 días después de la siembra.

Es posible hacer siembras escalonadas cada 2-3 semanas para asegurar una cosecha continua.

Problemas frecuentes en su cultivo y cómo solucionarlos

¿Por qué se espiga tan rápido la rúcula?

El calor excesivo o el estrés hídrico pueden inducir la floración temprana. Una vez florece, las hojas se vuelven más amargas. Si esto ocurre, se recomienda cortar la planta para estimular nuevo crecimiento o iniciar una nueva siembra.

Plagas comunes

  • Pulgones: se eliminan con infusiones de ajo o jabón potásico.
  • Alticas: evitar plantaciones cerca de otras crucíferas y usar trampas amarillas.
  • Caracoles y babosas: recoger manualmente o utilizar barreras naturales.

Propiedades nutricionales de la rúcula cultivada

Al igual que otras hojas verdes, la rúcula cultivada es un verdadero tesoro nutricional:

  • Vitaminas: especialmente vitamina A, C, K y folatos.
  • Minerales: hierro, calcio, potasio y magnesio.
  • Fitonutrientes: como los isotiocianatos y glucosinolatos, con efecto antioxidante.
  • Bajo en calorías: apenas 25 kcal por 100 g.

Beneficios para la salud

El consumo regular de rúcula cultivada ofrece numerosos beneficios:

  • Favorece la salud cardiovascular: por su contenido en antioxidantes y vitamina K.
  • Mejora la digestión: al estimular la secreción de enzimas digestivas.
  • Fortalece el sistema inmune: gracias a la vitamina C.
  • Efecto depurativo: colabora en la eliminación de toxinas del organismo.

Cosecha y conservación

La rúcula cultivada debe cosecharse cuando las hojas tienen entre 10 y 15 cm. Se pueden cortar con tijeras dejando el tallo para que siga creciendo.

Para conservarla:

  • Envolver las hojas en papel de cocina y guardarlas en un recipiente hermético en la nevera.
  • Mejor consumir dentro de los 3 días posteriores a la cosecha.

Usos culinarios

Su sabor más marcado la hace perfecta para añadir un toque gourmet a muchos platos:

  • Ensaladas: combinada con pera, nueces y gorgonzola.
  • Pasta y risottos: como topping fresco.
  • Pesto de rúcula: alternativa deliciosa a la albahaca.
  • Tortillas y revueltos: mezclada al final para que conserve su sabor.

Curiosidades

  • Aunque su uso se ha popularizado recientemente, la rúcula ya se cultivaba en la antigua Roma.
  • Algunas variedades modernas han sido seleccionadas para tener un sabor menos amargo.
  • Se cree que su consumo puede tener propiedades afrodisíacas.

Conclusión

La rúcula cultivada es una planta de cultivo sencillo, muy productiva y con un perfil nutricional destacado. Si te gusta su sabor picante, no dudes en incorporarla a tu huerto o maceta y disfrutar de sus hojas frescas durante buena parte del año.

Su sabor y textura la convierten en un ingrediente versátil y saludable, ideal para quienes buscan una alimentación natural y sabrosa.

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