No hay nada como el olor de la Lavanda en nuestro hogar o jardín. Además de otros muchos usos prácticos, este clásico arbusto aromático es ideal para dar ese toque de color a nuestra terraza, balcón o jardinera.
La Lavanda (Lavandula Angustifolia) es un arbusto o planta sufruticosa de agradable aroma, originaria de la región Mediterránea Occidental (Francia, Italia y España) que, bajo las condiciones adecuadas, puede llegar a alcanzar el metro de altura. Su cultivo ha sido practicado desde la antiguedad por sus múltiples usos tanto médicos como cosméticos.
Esta especie pertenece, junto a otras 200 especies y taxones, al género Lavandula, de la familia Lamiaceae (Lamiáceas) y se la conoce por múltiples nombres comúnes como Lavanda, Alhucema, Espliego o Cantueso.
Sigue leyendo para saber más acerca de la Lavanda, su cultivo, cuidados, etc. Al final del artículo puedes descargar la ficha resumen con toda la información básica para su cultivo y cuidados.
La Lavandula Angustifolia es una planta de exterior muy resistente capaz de arraigar en casi cualquier suelo. No obstante, prefiere suelos sueltos y bien drenados en lugar de arcillosos. La época ideal de siembra dependerá del clima de la zona, si vivimos en una zona de clima templado podemos sembrarla en otoño. Si el clima es más frío podemos esperar a principios de la primavera. La floración natural se produce desde mediados de la primavera hasta finales del verano, pero esto dependerá de en qué época realicemos la siembra. Es una planta muy interesante para cultivar debido a que se adapta a cualquier tipo de ambiente y suelo, siempre al aire libre.
El sustrato ideal para la Lavandula Angustifolia debe ser alcalino (con un pH alto) y con buen drenaje. Si nuestro suelo es ligeramente ácido, debemos aportar sustrato alcalino para subir el pH. Es importante evitar el encharcamiento porque la planta no lo tolerará, especialmente en invierno.
Al ser un arbusto bastante rústico, no necesitará de abonos a no ser que el suelo sea muy pobre en nutrientes. Si es el caso, bastará con aplicarle una disolución líquida de abono en pequeña cantidad antes del periodo de floración.
Al sembrarla hay que tener en cuenta que es una planta que necesita de espacio y aireación. No es conveniente sembrarla muy cerca de otras Lavandas u otras plantas. En caso de sembrarla en maceta, ésta debe ser grande para que la planta se desarrolle correctamente. Lo ideal es que como mínimo dispongamos de una maceta de unos 35-40 cm de diámetro.
Al tratarse de una planta sufruticosa silvestre, y además de la zona del Mediterráneo, la Lavanda es una especie que requiere de mucha luz natural. Debemos proporcionarle luz solar directa por al menos 6 horas al día. No debes preocuparte por las altas temperaturas ya que aguanta bien el calor e incluso breves períodos de sequía. Es por eso que debes situar la planta en un lugar en donde reciba mucha luz natural, evitando sembrarla junto a árboles, muros, cercas, etc, que puedan restarle luz.
En época de siembra, al principio de ésta, hay que mantener la tierra ligeramente húmeda evitando encharcar el suelo o la maceta. Cuando la planta progresa, la periodicidad del riego dependerá de la temperatura ambiente pero como norma con un par de riegos a la semana será suficiente. En épocas de mucho calor podemos aumentar los riegos para mantener el suelo húmedo pero la Lavanda bien puede soportar períodos cortos de sequía y descuidos. Por el contrario, regarla demasiado si puede ser un problema y causa de aparición de hongos que pueden pudrir las raíces y matar la planta.
El cultivo de la lavanda (Lavandula Angustifolia) se conoce desde época Romana. Se sabe que éstos la utilizaban para diversos usos cosméticos y médicos.
En esta ficha te resumo los cuidados básicos que requiere la Lavanda. Puedes descargar la ficha o añadirla a tu Pinterest para tenerla siempre disponible. Disfrútala!